Una de las leyes que hacen las personas que las redactan contesta a la pregunta ¿Qué pasa cuando me cogen siendo corrupto? La mejor comparacion que he oido dice: es como si las liebres escribieran la ley de caza. Es como si un asesino o violador decidieran su castigo. ¡Un absurdo total!
Por mi experiencia se que reducir un planteamiento al obsurdo no suele convencer. Aunque en esta situación la lógica es aplastante.
Somos por tanto las personas que no hacemos leyes los que debemos hacer una ley para cuando tengamos pruebas de que los corruptos, los que han robado nuestro dinero, reciban un castigo. Pero la verdad es que esto también es un absurdo.
Es imposible que el 99,99% de la población, los que no hacemos leyes, nos pongamos de acuerdo para decidir esa ley. Estamos muy divididos para poder plantear esa ley y conseguir que se cumpla. En este obstáculo el mayor inconveniente tal vez está en que: yo con esos ni de broma. Dos personas con formas de pensar opuestas tienen que ponerse de acuerdo en colaborar para que a ambos nos dejen de robar. Tu y yo que a lo mejor no estamos de acuerdo en nada, tenemos que ser capaces de colaborar para que no nos roben.
Por tanto como puedes ver se produce el peor de los escenarios posibles ya que nos roban y no podemos hacer nada para impedirlo. Esta situación de impotencia no sólo la sientes tu. La sienten también los jueces porque no tienen las herramientas adecuadas para perseguir los delitos.
En este sentido ya hemos oido a jueces que han criticado el estado de la justicia.
Recuerdo las declaraciones del juez Bermudez que pedía una ley que les permitiera quitar todos los bienes a los corruptos y sus cónyuges.
Aunque, como ya he dicho, es imposible que nos pongamos de acuerdo en esa ley, imaginemos por un instante que lo consiguiesemos.
Presentaríamos una iniciativa legislativa popular, tambien conocida como ILP. Es fácil predecir el futuro si conocemos el pasado y los hechos nos recuerdan que en nuestra historia reciente sólo se consiguió cambiar un artículo de una ley que al final se quedó en nada.
Me imagino las risotadas de los que hacen las leyes ante nuestra ILP. Se morirían de la risa. ¡Que quieren quitarnos todo si nos pillan robando. JA,JA,JA,...
Luego votarán diciendo que no aceptan esa ley. Por tanto también es imposible que esos voten SI a que les quitemos todo si les pillamos robando.
Necesariamente tienes que estar de acuerdo en que es un círculo vicioso. No tenemos salida.
Las posibilidades que nos ofrece el Estado de Derecho son todas imposibles.
Frente a esta situación no nos queda otra solución más que la rebelión.
Quiero una ley que condene a los que se han apropiado de lo público se les quiten todos sus bienes como propone el juez. Propongo que sean condenados a vivir en la miseria a la que han condenado a millones de personas. Quiero que vayan a los comedores sociales, quiero que duerman el la calle al frio y al calor. No en celdas donde tienen un techo. A la intemperie les quiero ver. No en sus áticos ni en sus mansiones. No en sus buenos y caros coches si no colándose en el transporte público.
Eso sería la más bella forma de Justicia: la Justicia poética.
Las personas que por su codicia han condenado a la miseria a millones de personas tienen que entender el dolor que han generado.
Este sueño que tengo no se cuando se hará realidad. Tal vez nunca llegue a ser real porque como ya he dicho que todas las salidas son imposibles.
Podría soñar con que el 99,99% nos reunamos en las plazas y protestar hasta conseguir hacer esa ley que no puede hacer nadie salvo nosotras. ¿Se puede soñar?
Por mi experiencia se que reducir un planteamiento al obsurdo no suele convencer. Aunque en esta situación la lógica es aplastante.
Somos por tanto las personas que no hacemos leyes los que debemos hacer una ley para cuando tengamos pruebas de que los corruptos, los que han robado nuestro dinero, reciban un castigo. Pero la verdad es que esto también es un absurdo.
Es imposible que el 99,99% de la población, los que no hacemos leyes, nos pongamos de acuerdo para decidir esa ley. Estamos muy divididos para poder plantear esa ley y conseguir que se cumpla. En este obstáculo el mayor inconveniente tal vez está en que: yo con esos ni de broma. Dos personas con formas de pensar opuestas tienen que ponerse de acuerdo en colaborar para que a ambos nos dejen de robar. Tu y yo que a lo mejor no estamos de acuerdo en nada, tenemos que ser capaces de colaborar para que no nos roben.
Por tanto como puedes ver se produce el peor de los escenarios posibles ya que nos roban y no podemos hacer nada para impedirlo. Esta situación de impotencia no sólo la sientes tu. La sienten también los jueces porque no tienen las herramientas adecuadas para perseguir los delitos.
En este sentido ya hemos oido a jueces que han criticado el estado de la justicia.
Recuerdo las declaraciones del juez Bermudez que pedía una ley que les permitiera quitar todos los bienes a los corruptos y sus cónyuges.
Aunque, como ya he dicho, es imposible que nos pongamos de acuerdo en esa ley, imaginemos por un instante que lo consiguiesemos.
Presentaríamos una iniciativa legislativa popular, tambien conocida como ILP. Es fácil predecir el futuro si conocemos el pasado y los hechos nos recuerdan que en nuestra historia reciente sólo se consiguió cambiar un artículo de una ley que al final se quedó en nada.
Me imagino las risotadas de los que hacen las leyes ante nuestra ILP. Se morirían de la risa. ¡Que quieren quitarnos todo si nos pillan robando. JA,JA,JA,...
Luego votarán diciendo que no aceptan esa ley. Por tanto también es imposible que esos voten SI a que les quitemos todo si les pillamos robando.
Necesariamente tienes que estar de acuerdo en que es un círculo vicioso. No tenemos salida.
Las posibilidades que nos ofrece el Estado de Derecho son todas imposibles.
Frente a esta situación no nos queda otra solución más que la rebelión.
Quiero una ley que condene a los que se han apropiado de lo público se les quiten todos sus bienes como propone el juez. Propongo que sean condenados a vivir en la miseria a la que han condenado a millones de personas. Quiero que vayan a los comedores sociales, quiero que duerman el la calle al frio y al calor. No en celdas donde tienen un techo. A la intemperie les quiero ver. No en sus áticos ni en sus mansiones. No en sus buenos y caros coches si no colándose en el transporte público.
Eso sería la más bella forma de Justicia: la Justicia poética.
Las personas que por su codicia han condenado a la miseria a millones de personas tienen que entender el dolor que han generado.
Este sueño que tengo no se cuando se hará realidad. Tal vez nunca llegue a ser real porque como ya he dicho que todas las salidas son imposibles.
Podría soñar con que el 99,99% nos reunamos en las plazas y protestar hasta conseguir hacer esa ley que no puede hacer nadie salvo nosotras. ¿Se puede soñar?
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