En un cruce de caminos, en medio del lejano Tíbet, el más famoso ladrón de la región se encontró con un monje. -¡Busco la iluminación! Nada de valor poseo. El ladrón quiso saber que era aquello, Las explicaciones sobre la iluminación no le satisfacían, seguía sin entender. El monje habló y habló pero no conseguía explicarse, casi irritado , le espetó: -Tú, ¿en que eres bueno? - Robando soy el mejor; afirmó con seguridad. - Entonces vete a la montaña y guarda en ella todas las riquezas de la tierra. Al cabo de pocos años alcanzó la iluminación. Desde entonces, para los tibetanos, es un santo muy querido. #FreeTibet